Si la nueva sociedad de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC) nos está trasladando hacia un nuevo "paradigma de la enseñanza", entendemos que la pizarra digital en el aula de clase constituye uno de sus principales instrumentos, y conjuntamente con las intranets de centro y las salas multiuso, proporciona la base tecnológica sobre la que se sustenta llamada la "escuela del futuro" .
La pizarra digital en el aula de clase abre una ventana al mundo y actúa como germen de innovación y cooperación ya que posibilita acceder a la inmensa base de conocimiento de Internet, compartir y comentar todo tipo de materiales y trabajos seleccionados o realizados por los profesores y los estudiantes, y comunicarse e interactuar en tiempo real (chat, videoconferencia) desde clase con otras personas y grupos lejanos.
A todo esto hay que añadir que la pizarra digital resulta muy fácil de utilizar: enseguida se aprende todo lo necesario para empezar. ¿Quién no sabe navegar hoy en día? ¿Quién no quiere aprender a navegar hoy en día? ¿Quién no aprende a navegar en menos de una hora? El profesorado se familiariza rápidamente con el sistema, y aunque a veces deberá realizar esfuerzos complementarios (búsqueda de webs interesantes, elaboración de esquemas y apuntes...), en general su empleo no supondrá una mayor dedicación.
Por otra parte, estamos ante una "tecnología limpia" y que no da problemas. Si es necesario se puede prescindir puntualmente de ella, de manera que si un día no va el ordenador o Internet da problemas, el profesor simplemente desarrollará la clase sin la pizarra digital, como hacía antes. Frente a este sistema tecnológico tan sencillo y seguro, ir al aula informática resulta mucho más complicado y estresante para los profesores sin grandes conocimientos informáticos, ya que allí suelen darse múltiples incidencias: ordenadores que no van, virus, programas que dejan de funcionar, problemas de configuración, algún cable que se afloja, las bromas de algún alumno "que sabe mucha informática"….
Parece que su disponibilidad en las aulas de clase, conjuntamente con unas sencillas orientaciones iniciales al profesorado (una formación didáctico-tecnológica inicial de unas 3/5 horas y primera guía de páginas web de interés para su asignatura resultan indispensables), da lugar a una progresiva renovación de los procesos de enseñanza y aprendizaje que se va extendiendo a TODO el profesorado, induce una notable renovación de las metodologías docentes y de los procesos de enseñanza y aprendizaje, incrementa la motivación de los estudiantes, revitaliza la autoestima profesional de los profesores y facilita el logro de aprendizajes más significativos y acordes con la sociedad actual.
todo esto aún se ve reforzado cuando los estudiantes pueden acceder a Internet desde casa (actualmente un 30% de las familias españolas) o se dispone de una Intranet de centro donde profesores y estudiantes disponen de una carpeta personalizada en la que almacenar sus apuntes y trabajos (en Word, Power Point, etc.), ya que en cualquier momento se podrán presentar y utilizar en clase estos materiales (aunque sean "voluminosos" (por contener muchas imágenes o vídeos) sin necesidad de conectarse a Internet.